REUNIRSE PARA TRANSFORMAR: Innovación ministerial a través de la colaboración

En 2016 la tensión por los numerosos desembarcos en las costas italianas por parte de migrantes que solicitaban protección internacional alcanzó su punto álgido alimentado por la propaganda populista que explota los miedos y prejuicios. Sin embargo, entre la luz y la sombra existe un sistema de recepción, coordinado por las prefecturas, que funciona a través de cooperativas y asociaciones de voluntarios. Se atiende a las necesidades inmediatas y primarias, pero el reto de acompañar a los solicitantes de asilo sigue siendo, especialmente, en la interacción con las comunidades italianas.

Como combonianos nos sentimos desafiados. El Capítulo de 2015 ya había identificado el tema de los migrantes como una de nuestras prioridades misioneras en Europa. En Padua nos provocan: no basta que los jóvenes con los que trabajamos nos escuchen hablar de la misión, quieren vernos en la misión. En verano, organizamos un campamento con jóvenes en un centro de acogida en Este. Se trata de una experiencia fuerte, de gran impacto, que suscita en los jóvenes el deseo de continuar el camino durante todo el año. El reto es poder reunir a participantes tan diferentes y distantes, lo cual no es fácil. Por un lado, hay una fuerte resistencia por parte de los migrantes, en parte por la desorientación, en parte por la dificultad de comunicación, de hablar del peso de las experiencias traumáticas y de una existencia «suspendida», en espera de un documento, un trabajo y una estabilidad. A veces también tienen dificultades para participar debido a las distancias y a la falta de medios de transporte. Por otro lado, a menudo no hay interés, ni puntos en común para la reunión. Por lo tanto, el mayor desafío es la movilización de los participantes.

Para lograrlo, en primer lugar, sentimos la necesidad de formar un equipo: jóvenes como animadores motivados, que tengan la sensibilidad y el lenguaje para implicar y dialogar con el mundo juvenil. ¡Entonces son ellos los que también pueden movilizar la participación de otros jóvenes! Luego es necesario involucrar a los jóvenes solicitantes de asilo y entonces se identifica a la asociación Popoli Insieme (afiliada al Centro Astalli) como socio del proyecto, que acoge con entusiasmo la invitación a colaborar. Su contribución es valiosa: puede movilizar la participación de los refugiados que acoge, principalmente de África occidental y musulmanes; puede contribuir desde el punto de vista de la formación, vincular la experiencia con otros proyectos e iniciativas, implicar a los jóvenes voluntarios que sirven con la asociación. Es nuestra tarea sacar a relucir la espiritualidad, alimentar el camino con la Palabra, la oración y el discernimiento, reconocer al Resucitado, dejarnos tocar y seguirlo en el camino.

El equipo se enfrenta al desafío creando relaciones interpersonales, un sentido de confianza mutua, a través de visitas y contactos con las redes de las que forman parte sus miembros. A partir de las relaciones de amistad, los reparos y el desinterés se disipan. Así nace Malankeba! Encontrarse X Transformarse1, un camino de intercambio y diálogo intercultural que involucra a jóvenes italianos y a jóvenes solicitantes de asilo.

Una vez iniciado el camino, a lo largo del mismo se producen importantes convergencias con otros grupos, como Arte Migrante y Rinascita2. La dinámica fundamental del proceso es reunir a los jóvenes italianos y a los solicitantes de asilo, en un clima de mutua acogida y escucha, en un contexto de grupo y en un espacio libre de prejuicios, de lugares comunes y de roles predefinidos, para un compartir y un diálogo intercultural. El papel del equipo es crear este espacio, que genera energía y creatividad en los participantes, que son los verdaderos protagonistas del proceso. El equipo escucha profundamente a las personas y las situaciones, identifica, promueve y apoya las iniciativas que surgen dentro del grupo, como los partidos de fútbol solidario que reúnen a los migrantes y a los jóvenes de los equipos deportivos, o el grupo Afrodance, que promueve veladas de baile con música africana. Pero también escucha las necesidades expresadas y no expresadas y propone caminos que las satisfagan.

Entre las principales actividades se encuentran las noches temáticas mensuales. El programa se elabora conjuntamente y el grupo también participa en la preparación. Luego están las visitas a domicilio, que promueven dinámicas en pequeños grupos, y la participación en eventos y festividades como el día de recuerdo de las víctimas de la migración y la marcha diocesana por la paz. El equipo también propone momentos formativos, a partir de situaciones actuales, de las necesidades de los participantes (dinámicas interculturales) y la profundización de temas propuestos por ellos. La fuerza del camino radica en la capacidad de facilitar un encuentro de humanidad y el uso de metodologías participativas, gracias a las habilidades de los miembros del equipo.

Malankeba! nos permitió poner en práctica, en Europa, las habilidades adquiridas en África, abriéndonos a la misión en Europa. El trabajo con los solicitantes de asilo y los refugiados tiene un significado que va más allá del acompañamiento de los migrantes: es el punto de partida para vivir la misión global, para una presencia misionera profética que invita a Europa a la conversión. Nos sorprende cómo los verdaderos protagonistas de esta misión son los jóvenes y los propios solicitantes de asilo.

Para la reflexión personal y comunitaria:

– ¿Qué es lo que me llama la atención de esta experiencia de colaboración? ¿Por qué?

– ¿Qué provoca esta experiencia en mí? ¿Por qué razón?

– ¿Qué nos dice a nosotros como comunidad?

Para profundizar

La colaboración ministerial consiste en la identificación, el uso y la unión de todos los dones en el ministerio para el bien de la misión. Por lo tanto, hay dones o talentos de los que están dotadas las personas que van a contribuir a la misión de Jesús de introducir el Reino de Dios; para que esto suceda, estos medios deben ser reconocidos y deben existir las condiciones para que sean utilizados en sinergia.

La colaboración se construye sobre la base de los diversos dones puestos en común para un propósito compartido, que es tanto el servicio a prestar como el crecimiento de la comunidad y la comunión.

Cada uno es portador de diferentes dones, todos ellos contribuciones importantes ante lo complejo de la realidad de hoy en día. Siempre hay necesidad de unos y otros y de la corresponsabilidad de cada uno, tanto de las necesidades prácticas como del testimonio comunitario, de comunión.

La colaboración auténtica tiene 4 características:

1. Se constituye para una misión compartida, clara y articulada, compartida por todos.

2. El trabajo conjunto prevalece sobre las tendencias a competir o a proteger el propio trabajo de la influencia de los demás; existe un espíritu de reciprocidad y asociación.

3. Identifican, valoran y unen los diferentes dones que cada uno tiene.

4. Requiere una conversión continua: la diversidad es una riqueza, pero también una fuente de divergencias y conflictos inevitables. Esto no debe desanimarnos, sino darnos confianza en cuanto a que estamos en el camino correcto, como un paso necesario hacia la auténtica comunión. Pero lo que se necesita es la voluntad de escucharse mutuamente y aprender unos de otros, la capacidad de trascender las diferencias -sin anularlas- para caminar y crecer juntos, y tener la suficiente libertad interior para aceptar que se le objete (contradiga) y tal vez se le corrija, siempre con el máximo respeto.

¿Cuáles son las condiciones que hacen posible la colaboración?

1. Aclarar los términos de la colaboración: es necesario comprender lo que se entiende por colaboración y llegar a un consenso sobre la visión, el propósito, el estilo ministerial, los objetivos y las diversas tareas a realizar.

2. Convicción: La colaboración siempre implica la necesidad de gestionar la diversidad, la personalidad, la cultura, los intereses, etc., con el bagaje emocional y los conflictos que puede generar; si no hay suficiente convicción de la importancia y el valor de la colaboración, ésta no sobrevive fácilmente a las tensiones que puedan surgir.

3. Coraje: tarde o temprano, todos llegan a experimentar alguna forma de resistencia a la colaboración ante las inevitables dificultades. La tentación es atacar al otro o retirarse de la colaboración. Es importante identificar con precisión las dificultades y su origen, discutirlas y resolverlas abiertamente a medida que surjan.

4. Habilidades: Se necesitan habilidades y una sólida espiritualidad, en particular

a). Capacidad de discernir y apreciar los dones de cada persona, de compartir el liderazgo, de organizar, de manejar constructivamente las tensiones y los conflictos.

b). Diseñar y propoer un proceso de colaboración, teniendo en cuenta

= las condiciones que lo facilitan

= un método para identificar y valorar los regalos personales

= aclarar las funciones y responsabilidades

= contar con un sistema de rendir cuentas y verificación

c). Espiritualidad que sostiene y alimenta el servicio y la colaboración, la compasión y el perdón que dan testimonio del amor de Dios. El camino de la fe y la oración purifican las motivaciones personales, transforman las actitudes, ayudan a crecer en valores vivos y son esenciales para la transformación de los conflictos y la construcción de la comunión.

El papel de los animadores de la colaboración es animar y configurar el camino de la conversión y la reconciliación. Deben ser conscientes de que no todo puede tener el mismo nivel de capacidad de colaboración, que depende del proceso de crecimiento humano. También deben conocer la dinámica de la colaboración y los obstáculos que la bloquean, como los problemas de autoestima, las actitudes arrogantes o hipócritas, las situaciones de agotamiento, la falta de gestión de los conflictos, el sentimiento de impotencia, el duelo, la sexualidad mal integrada y la incapacidad de compartir el camino de la fe.

Para profundizar más:

L. Sofield – C. Juliano (2000) Collaboration: Uniting Our Gifts in Ministry, Notre Dame (IN): Ave Maria Press.

R. Covey (2004) The 7 Habits of Highly Effective People: Powerful lessons in personal change, Revised edition, New York: Free Press, pp. 185 – 284.

ORACIÓN PERSONAL

Mc1,1-8

Comienzo del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en el profeta Isaías: «He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti; él preparará tu camino». La voz de quien clama en el desierto: «Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas», era Juan, que bautizaba en el desierto y proclamaba un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Toda la región de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudieron a él. Y fueron bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. Juan estaba vestido con pelo de camello, con un cinturón de cuero alrededor de su cintura, y comía saltamontes y miel silvestre. Y proclamó: «El que es más fuerte que yo, viene detrás de mí; no soy digno de inclinarme para desatar los cordones de sus sandalias». Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará en Espíritu Santo».

Sugerencias para la oración personal:

Marcos comienza su evangelio con estas palabras: «Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios». ¿Y cuál es esta buena noticia que el evangelista ya nos anticipa? Es una nueva relación con Dios que se basa en la aceptación del Espíritu, una fuerza dinámica dentro del hombre. El evangelista continúa esta presentación añadiendo: «Como está escrito en el profeta Isaías…», pero en realidad presenta tres textos. El primero es el libro del Éxodo, el segundo es el profeta Malaquías, y finalmente el tercero del profeta Isaías. ¿Cuál es la razón de esto? Nunca se cita un pasaje de los profetas sin apoyarlo con uno de la ley.

El evangelista reúne varios conceptos, el primero «He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti», que es el anuncio de la liberación ligado al primer éxodo, el de la esclavitud egipcia, y luego «Él preparará tu camino», con el que el evangelista modifica a Malaquías que había dicho «He aquí que yo envío un mensajero para que prepare el camino delante de mí». Ahora, el camino de Dios es el camino de Jesús. Y finalmente el texto del profeta Isaías sobre el segundo éxodo, el de Babilonia, «Voz del que clama en el desierto» (o del desierto), «Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas». Este éxodo (éxodo significa una liberación colectiva de un estado de opresión y la llegada a la tierra prometida) no será posible sin la colaboración de todos. No será algo que venga de arriba, sino algo que debe involucrar a las personas. (A. Maggi)

= El Evangelio subraya que la venida del Reino requiere de la cooperación entre Dios y la humanidad. ¿Puedes ver cómo Dios llama a otros, junto contigo, a esta colaboración?

= La colaboración con Dios y la humanidad requiere conversión: ¿a qué te llama personalmente este «bautismo»?

= ¿Qué invitaciones a colaborar te hace el Espíritu en tu compromiso ministerial y comunitario?

COMPARTIR EN COMUNIDAD Y CAMINOS DE ACCIÓN

1. En un ambiente de oración y de escucha mutua, compartimos en comunidad los frutos de la oración personal.

2. Reflexionamos juntos:

= ¿Qué surge de nuestro compartir?

= ¿Qué invitaciones nos hace el Espíritu como comunidad?

= ¿Cómo podemos responder, de manera concreta y realista, a estas invitaciones?

= Nuestro compromiso, concreto y realista, es ……

«Para oponerse con éxito a la barbarie de quienes quisieran hacer de cada diferencia la ocasión y el pretexto de una violencia cada vez más brutal, es necesario que todos reconozcamos los valores fundamentales de la humanidad común, valores en nombre de los cuales podemos y debemos colaborar, construir y dialogar, perdonar y crecer, permitiendo que todas las diferentes voces formen un canto noble y armónico, en lugar de gritos fanáticos de odio».

Discurso del Papa Francisco con ocasión del Encuentro con las Autoridades en el Palacio Presidencial – Viaje Apostólico a Sarajevo (Bosnia y Herzegovina), 06/06/2015.

SUGERENCIAS PARA LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA

Plegaria Eucarística: de la Reconciliación, o alternativamente la V.D., la Iglesia en camino hacia la unidad.

Signo: una composición delante del altar con agua, memoria del bautismo y del Espíritu; una planta exuberante, testigo de la vida nueva, y objetos que recuerdan los ministerios en los que la comunidad está comprometida.

Ofertorio: la comunidad presenta en el altar el compromiso concreto y realista que ha decidido hacer.  

EVANGELIZACIÓN Y MINISTERIALIDAD

Durante 25 años cientos de catequistas laicos evangelizaron las áreas rurales del territorio nuer (Sudán del Sur) sin contar con el apoyo de misioneros o ninguna institución eclesial. Fundaron cientos de comunidades católicas autosuficientes, ministeriales y misioneras. Desafiaron muchos obstáculos en su empeño misionero: 1. El territorio nuer es muy extenso y pantanoso a pesar de eso la gran mayoría de los viajes misioneros los hicieron caminando. 2. La guerra los ponía en un peligro continuo, de hecho nuestra parroquia cuenta con 16 catequistas mártires: 6 durante la guerra de independencia (1983-2005), 10 durante la primera guerra civil de Sudán del Sur (2013-2018), también dos líderes de los jóvenes y un seminarista. 3. Algunos experimentaron encarcelamiento porque el territorio nuer era considerado una “zona protestante” y ellos estaban invadiendo su región predicando una religión diferente. Durante la colonia los ingleses dividieron Sudán en “esferas-zonas religiosas” por eso una religión o iglesia no podía realizar ninguna actividad en el área de otra. 4. La carencia de medios y recursos para la evangelización debido a la pobreza del pueblo nuer causada por la guerra y la ausencia de instituciones eclesiales para apoyar su labor misionera.

Utilizaron dos métodos muy simples pero efectivos. Los catequistas hacían continuos viajes misioneros. Cuando llegaban a un poblado alguna familia los hospedaba. La hospitalidad es un gran valor en la cultura nuer. Ellos comenzaban a predicar en la casa donde eran recibidos y en lugares públicos, poco a poco gente se unía a ellos. Entonces formaban su catecumenado, a este grupo le daban una formación más formal. Los domingos celebraban la liturgia de la Palabra bajo un árbol, muchos curiosos iban a ver, después de varios domingos se unían al catecumenado. Otro método consistía en elegir una familia misionera y enviarla a vivir a otro poblado donde no se había establecido la Iglesia. Al llegar al lugar la familia misionera comenzaba a rezar el rosario todos los días en su casa, los domingos hacían la liturgia de la Palabra, después de la celebración recorrían el pueblo vestidos con sus uniformes, portando su banderas católicas, tocando sus tambores y cantando cantos católicos. La gente intrigada les preguntaba porque actuaban de manera diferente del resto del pueblo nuer. Como respuesta les hablaban de su fe católica y como Jesús transformó sus vidas. Cuando contaban con un buen número de catecúmenos llamaban a un catequista itinerante que su ministerio era enseñar y organizar la nueva iglesia-comunidad.

Cuando los catecúmenos estaban listos para el bautismo llamaban a un catequista que tenía el ministerio de bautizar. A su llegada organizaba una visita a las casas de los catecúmenos para identificar y quemar los artículos de la antigua religión, como una muestra de su conversión. En una celebración solemne de la Palabra de Dios los nuevos católicos eran bautizados. Catequistas y católicos de otras comunidades venían para estar en la celebración y hacer fiesta por la nueva comunidad que había nacido.

Después elegían, de entre los nuevos bautizados, a los ministros para los ministerios necesarios con el fin de fortalecer y hacer crecer la nueva comunidad. Elegían: un catequista para continuar enseñando la fe católica, otro catequista que lo apoyara en su labor; otro catequista-maestro para que enseñara nuer y la gente pudiera leer y escribir en su lengua con el fin de que pudieran leer la Biblia; líderes para los jóvenes: grupos de jóvenes, canto litúrgico y danza litúrgica, líderes para las mujeres: legión de María y algunos catequistas para ser misioneros itinerantes y un par de familias misioneras. Se elegían también algunas familias para el ministerio de la hospitalidad y formaban un comité para la construcción de su templo.

Crearon comunidades ministeriales y ministerios para que las comunidades se desarrollaran y fortalecieran. Comunidades misioneras que desde su nacimiento enviaban a otras comunidades misioneros itinerantes y algunas familias misioneras. Comunidades autosuficientes ya que toda la actividad misionera la financiaban con sus propios recursos: enviar misioneros, comenzar comunidades y fortalecerlas, construir templos e instalaciones necesarias para el trabajo pastoral, el apoyo a sus catequistas, la atención de los huéspedes, tambores, uniformes, banderas, escuelas para enseñar a la gente a leer y escribir en nuer, etc. Los catequistas formaron comunidades con una clara identidad católica: siempre oraban a Dios por el Papa y para pedirle que enviara misioneros ya que la Iglesia Católica no estaba completa sin la eucaristía.

Cuando el primer grupo de la familia comboniana llegó a Leer, el centro de todas las operaciones misioneras de los catequistas, para establecer una presencia misionera, quedaron profundamente sorprendidos de lo que encontraron, de la labor misionera hecha por los catequistas que impulsados por la fuerza del Espíritu habían creado toda una Iglesia local autosuficiente, ministerial y misionera. Comprendieron, sin lugar a dudas, que el Espíritu Santo estaba obrado maravillas a través de los catequistas y sería un gran error ignorar todo lo que habían encontrado. Entendieron que el pueblo nuer es inteligente, creativo, entusiasta, celoso de su deber, capaz de dirigir la Iglesia por ellos mismos y de enviar misioneros.

Ante esta realidad los misioneros optaron como metodología: acompañar a los líderes laicos y darles formación para que ellos continuaran siendo los protagonistas de su propia evangelización y seguir promoviendo las comunidades autosuficientes, ministeriales y misioneras. Además eligieron caminar con la gente a su ritmo, velocidad e idiosincrasia. Como estilo de vida adoptaron uno simple, cercano al de la gente, utilizando medios sencillos para la labor misionera y como los catequistas, recorrer todo el territorio de la parroquia a pie, caminado como lo hicieron y siguen haciendo los catequistas.

Preguntas para la reflexión personal y comunitaria

¿Qué ha suscitado en tu interior este testimonio? ¿Por qué?

¿Qué reacción ha provocado en ti? ¿Por qué?

¿Qué nos dice a nosotros como comunidad?

Para profundizar

La evangelización es fundamental para la Iglesia como el agua para el cuerpo humano. No es verdadera Iglesia si no evangeliza, de ahí la urgencia de san Pablo: “¡Ay de mi si no evangelizo!” (1 Cor 9, 16). “La evangelización no es una mera función”, señaló Papa Francisco (Homilia 09/09/2016), es más bien su identidad propia, es una Iglesia en movimiento, en salida misionera evangelizadora: “La Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros que primerean, que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejan” (Alegría del Evangelio 24). Por ende, la diócesis es una comunidad formada por comunidades evangelizadas y evangelizadoras (cf. Documento de Puebla 647).

La misión evangelizadora de la Iglesia se desarrolla de manera general en dos dimensiones generales de las cuales derivan toda una gran diversidad de ministerios: 1. La proclamación profética de la alegre noticia de la salvación en Jesucristo que transforma a las personas para que vivan una vida plena. “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (Alegría del Evangelio 1). 2. La denuncia profética de todo aquello que oprime, esclaviza y denigra al ser humano con el fin de construir un mundo mejor donde todos los seres humanos puedan vivir con la dignidad de hijos e hijas de Dios.

La labor evangelizadora se lleva a cabo a través de una gran diversidad de ministerios suscitados por el Espíritu de acuerdo con la realidad y las necesidades particulares de la diócesis, la parroquia, el movimiento o servicio eclesial, o el enfoque pastoral. Por esta razón el discernimiento es un elemento fundamental de la evangelización para leer los signos de los tiempos y comprender qué tipo de pastoral de ministerios son relevantes y útiles para un tiempo y lugar específicos (cf. Rom 12, 3-8).

El testimonio de los catequistas nuer de la parroquia de San José Obrero de la Diócesis de Malakal de Sudán del Sur nos ilustra y nos da una enseñanza: el discernimiento es fundamental para la evangelización. Ellos hicieron decisiones pastorales basadas en su discernimiento, por ejemplo: pensaron que tres ministerios eran esenciales para su labor misionera: Primero, que los catequistas itinerantes y, segundo, las familias misioneras cuyo ministerio era el anuncio del kerygma eran fundamentales para suscitar conversiones y dar nacimiento a nuevas comunidades. Ministerios muy importantes entre un pueblo que no ha escuchado el Evangelio y no conoce a Jesús. El tercero, los catequistas maestros cuyo ministerio era alfabetizar a la comunidad católica para que supieran leer y escribir en la lengua nuer y, de esta manera, pudieran entrar en contacto directo con la Biblia y también que hubiera más personas que pudieran ser catequistas con la capacidad de leer, meditar y predicar al Palabra de Dios. Este era un ministerio esencial con el fin de proveer al pueblo de las herramientas necesarias para seguir creciendo en la fe a través de la lectura y meditación de la Palara de Dios y también para asegurar que más personas pudieran convertirse en evangelizadores, con ministerios diversos: catequistas itinerantes, catequistas maestros de la fe, catequistas-maestros de la lengua nuer, catequistas auxiliares, líderes de los coros, o directores del coro, etc. Todos estos ministerios requerían de una persona que supiera leer y escribir en la lengua nativa.

El Concilio de Jerusalén (Hechos 15, 1-35) nos muestra que el discernimiento ha sido siempre una manera de ser Iglesia y de evangelizar, aún desde los inicios. En cada situación y contexto es necesario crear los medios y momentos para este discernimiento, los más comunes son: Asamblea Diocesana, Asamblea Parroquial, Reunión del Consejo de Pastoral, reuniones de grupos que comparten ministerios comunes, reuniones de grupos particulares, etc. “A cada cual se le da la manifestación del Espíritu para el bien común… Todo esto lo lleva a cabo el único y mismo Espíritu, repartiendo a cada uno los dones como quiere” (1 Cor 12, 7.11).

Para profundizar más

  • Papa Francisco (2013), La alegría del Evangelio, Roma, Editorial Vaticana, números: 20-24.111-134.
  • CELAM (2007), Aparecida Documento Conclusivo, Bogotá, Ediciones Paulinas, números: 143-153.184-224.

Ambos documentos se pueden encontrar en internet.

  • F. González Galarza (2002), Con la fuerza del Espíritu Santo. La maravillosa historia del inicio de la Iglesia y la evangelización del pueblo nuer de Sudán, Ciudad de México, Ediciones Combonianas. Traducción al inglés: F. GatKuoth González G., (2016) An Amazing Story. The beginning of the evangelisation and the Catholic Church among the rural Western Nuer. Nairobi. Fundazione Nigrizia Onlus.

1 Corintios 12:1.4-11. Los dones del Espíritu

En cuanto a los dones espirituales, hermanos, quiero que entiendan bien este asunto. Ahora bien, hay diversos dones, pero un mismo Espíritu. Hay diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. Hay diversas funciones, pero es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos.

A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás. A unos Dios les da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otros, por el mismo Espíritu, palabra de conocimiento; a otros, fe por medio del mismo Espíritu; a otros, y por ese mismo Espíritu, dones para sanar enfermos; a otros, poderes milagrosos; a otros, profecía; a otros, el discernir espíritus; a otros, el hablar en diversas lenguas; y a otros, el interpretar lenguas. Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo determina.

Sugerencias para la oración personal

Hay diversidad de ministerios:

• La fuente es la misma: El Espíritu Santo,

• Cada bautizado ha recibido uno o varios dones,

• ¿Conoces todos los dones que has recibido? ¿De qué manera los estás utilizando?

• ¿Conoces los dones que los otros han recibido? ¿De qué manera los están utilizando?

• Todos los talentos sin iguales en dignidad porque todos son servicios, ningún don es mayor que otro,

• Son complementarios para apoyarse unos a otros como las diversas partes del cuerpo.

• La Iglesia es una pero los ministerios eclesiales son muchos y diversos,

• No nos pertenecen ni son para un beneficio personal,

• Todos son para el bien común y para el servicio del pueblo de Dios,

• Son para utilizarlos en la misión evangelizadora de la Iglesia,

• Al final Jesús nos pedirá cuenta de los talentos recibidos (Mt 25, 14-30).

Reflexión comunitaria

1. En un momento de oración comunitaria compartimos los frutos de nuestra oración personal con el fin de enriquecernos mutuamente.

2. Puntos para la reflexión común:

• ¿De qué manera podemos ayudarnos mutuamente para descubrir o comprender los dones y ministerios que cada miembro de la comunidad ha recibido?

• ¿Qué espacios de discernimiento comunitario podemos utilizar (crear) reflexionar sobre la mejor manera de poner estos talentos al servicio del bien común, del reino, del pueblo de Dios?

• Con los dones particulares que hemos recibido, ¿cómo podemos ser parte de un proyecto pastoral /evangelizador diocesano, parroquial, comunitario?

• Con nuestro carisma comboniano y los dones y ministerios que de este se derivan, ¿cómo podemos participar en un proyecto evangelizador diocesano, provincial?

• ¿Cuál es nuestro compromiso concreto realista que podemos poner en práctica?

Sugerencias para la celebración eucarística

1. Oración eucarística V/c. Jesús modelo de caridad, buen samaritano.

2. En algún lugar del templo se prepara un lugar con símbolos del Espíritu Santo, bautismales y de objetos utilizados en la evangelización.

3. Cada persona presente un símbolo que represente los ministerios que realiza.

1 Malankeba es una expresión mandinga que significa «¡gran jefe!»: en la experiencia del campamento de Este había surgido como una expresión de respeto, bienvenida y servicio mutuo.

2 Un grupo de solicitantes de asilo cristianos se formó a través de la pastoral en dos grandes campos de acogida cerca de Padua, gracias a un equipo pastoral dirigido por el P. Lorenzo Snider (SMA), en el que participan también combonianos.

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