El mapeo de la animación misionera en el Instituto es una iniciativa para tomar conciencia, a través del compartir, de la situación en la que se encuentra esta actividad fundamental del Instituto. Como bien sabemos, la animación misionera es un aspecto carismático y estratégico fundamental en nuestro Instituto misionero. Con un mundo que está cambiando muy rápidamente, nos damos cuenta de que la forma de hacer animación misionera también necesita ser adaptada. Por un lado, hay actividades que fueron muy efectivas en el pasado y que ahora ya no funcionan tan bien. Por otro lado, están surgiendo nuevas posibilidades muy prometedoras. La animación misionera, además, debe asumir también formas contextuales que respondan a las situaciones y características socioculturales y eclesiales de los diversos países. Por lo tanto, el Grupo de Trabajo ha tomado la iniciativa de facilitar el intercambio de información sobre lo que se está haciendo en las distintas circunscripciones. Los datos recopilados aún no están completos, por lo que todavía es un trabajo en progreso, pero después de haber recibido respuestas de 23 circunscripciones (de 27, incluida Polonia separada de la Curia) ya tenemos una imagen general significativa.
La encuesta se centró en diez aspectos principales:
1. Tipos de actividades de AM
2. Comunicación
3. Formación misionera de la Iglesia
4. Colaboración con la Iglesia local y otras circunscripciones combonianas
5. Estructuras de AM
6. Personal empleado y capacitado
7. Programación y verificación
8. Logros y experiencias significativas
9. Dificultades, desafíos y oportunidades
10. Cómo mejorar la AM
El cuestionario tenía una parte de opción múltiple, con opciones predefinidas, con la posibilidad de añadir otras, en cuanto al tipo de actividad, comunicación, formación misionera, colaboraciones. El cuestionario dejaba la posibilidad de indicar otras opciones no contenidas en las respuestas múltiples. Mientras que para el resto se estructuró con respuestas abiertas y en este caso del análisis de las respuestas surgieron las categorías que describen la realidad.
El panorama general
1. Tipología de las actividades de animación misionera
En lo que respecta a las actividades de la AM, resultó que hay algunas actividades que se encuentran en casi todas las circunscripciones: días misionales, correspondencia con benefactores y fiestas/eventos para crear conciencia, animación y recaudación de fondos.
En 2/3 de los casos hacemos uso de la Obra del Redentor y proponemos proyectos de diversa índole para apoyar las actividades misioneras. Hasta ahora, parece que estamos haciendo un fuerte compromiso para reunir recursos para la misión.
Luego hay una cierta variedad de iniciativas en términos de animación de la iglesia local, en aproximadamente la mitad de las circunscripciones. Van desde la producción de materiales para difusión (boletines, folletos, hojas de contacto, calendarios, gadgets, promoción de revistas) hasta la pastoral juvenil misionera y las visitas a escuelas, seminarios, comunidades y grupos, hasta la formación de grupos de amigos de los Misioneros Combonianos.
2. Comunicación
Las revistas y los libros misioneros son medios de comunicación que utilizamos en prácticamente todas las circunscripciones para la AM, en la gran mayoría de los casos también hacen uso de un sitio web. En la actualidad, los programas de radio y vídeo se utilizan en más de la mitad de las circunscripciones. Sin embargo, solo en algunos casos contamos con instalaciones culturales como museos etnográficos misioneros o rutas culturales al aire libre (por ejemplo, el Parque Laudato Si’), o la producción de boletines, folletos, carteles y calendarios.
Entre las redes sociales utilizadas en AM destacan Facebook y WhatsApp, en el 87% y 78% de los casos respectivamente. Le siguen YouTube e Instagram (48% y 35%). En la mayoría de los casos, existen canales oficiales de redes sociales para las circunscripciones, pero también se utilizan canales personales.
3. Actividades de formación misionera
En aproximadamente 3 de cada 4 casos encontramos, como actividades de formación misionera, talleres y retiros espirituales, en casi 1 de cada dos casos se ofrecen cursos, catequesis y liturgias. En algunas circunscripciones también se utilizan reuniones misioneras y testimonios.
4. Colaboración con la Iglesia local y otras circunscripciones combonianas
La colaboración en la AM con las iglesias locales parece estar bastante articulada. En primer lugar, la colaboración con las Obras Misionales Pontificias (83%), la formación y animación de los grupos misioneros parroquiales (74%) y las actividades con los niños misioneros (56%). En aproximadamente la mitad de las circunscripciones hay colaboraciones con centros misioneros diocesanos y se realizan actividades de animación y formación misionera en los seminarios.
En términos generales, la colaboración entre las circunscripciones combonianas en relación con la AM aún no está muy desarrollada. Hay algunas experiencias con las revistas, a través del contacto con miembros radicales que trabajan en el extranjero, con alguna experiencia de actividades compartidas a nivel continental, como en Europa a nivel de reflexión sobre la misión. También hay intercambios de ideas y materiales entre circunscripciones sobre revistas u otras actividades, como la formación de grupos de amigos de los Misioneros Combonianos en Kenia, Sudán del Sur y Uganda.
5. Instalaciones para la AM
Casi todas las circunscripciones tienen un centro de animación misionera (CAM). En 2 de cada 3 casos hay un equipo a nivel provincial que se ocupa de la AM, aunque no siempre hay personal dedicado a tiempo completo. Hay un centro de medios de comunicación en aproximadamente la mitad de las circunscripciones, mientras que los museos misioneros son una realidad que aún no se ha difundido en el Instituto.
En cuanto a la Carta de la AM – un documento programático que da las directrices provinciales para este ministerio – parece estar presente en 3 de las 4 circunscripciones: existe en 13 circunscripciones (57%), está siendo revisada o elaborada en 4 (17%), mientras que falta en 6 de las circunscripciones que respondieron al cuestionario (26%). Pero al parecer no siempre se implementa.
6. Personal: Empleado y capacitado
La información sobre el personal sigue siendo incompleta. Sobre todo, todavía tenemos que aclarar cuanto personal está involucrado a tiempo completo en la AM y cuanto está involucrado a tiempo parcial.
En cualquier caso, se observa que, numéricamente, las provincias europeas son las que emplean el mayor número de personal en la AM, con un promedio de más de un animador misionero por comunidad. Le siguen América-Asia, con un promedio de aproximadamente un animador por cada dos comunidades; y África, con un promedio de aproximadamente un animador por cada tres comunidades.
Por otro lado, se han hecho muy pocas especializaciones para la AM, principalmente en Italia (12), México (6) y España (2). Otras 6 circunscripciones han especializado a un misionero para este servicio.
Entre las especializaciones que se consideran más necesarias, destacan la comunicación y los medios digitales (70%), seguidas de la misionología y la pastoral juvenil (26%), luego el periodismo (22%). Otras necesidades fueron señaladas como en marketing, el ministerio social de la iglesia y el análisis sociocultural.
Hay un cierto vacío en la oferta de cursos de preparación para la AM, con algunas pequeñas excepciones en Italia (CUM), España (curso intercongregacional), Colombia (curso PPOOMM).
7. Programación y evaluación
Existen diferentes enfoques para la programación de la AM, de circunscripción a circunscripción. Sin embargo, parecen surgir tres situaciones paradigmáticas:
1. Un enfoque sistemático, a nivel provincial, que luego se implementa también a nivel comunitario (56%).
2.Un enfoque ordinario de actividades recurrentes a nivel comunitario o de equipo (35 %).
3. Y un enfoque más ocasional, para aprovechar las oportunidades que puedan surgir de vez en cuando (10%).
Con respecto a la verificación de las actividades de AM, existen dos enfoques principales:
1. Un enfoque integrado, que parte de una revisión ascendente de las actividades y luego llegue al nivel del Secretariado, para llegar a la Asamblea y al Consejo Provincial (56%); y
2. Un enfoque que se centra en el nivel local y de equipo de AM (26%).
Además, algunas circunscripciones cuentan con un sistema de actividades de seguimiento entre la programación y la verificación.
8.Resultados más importantes
Es interesante notar la gran variación de los resultados más importantes reportados por las diversas circunscripciones. Los temas más recurrentes son las vocaciones y el apoyo económico (39% ambos), seguidos de: haber alcanzado una presencia significativa en la Iglesia local con referencia a la AM (eventos locales, centros misioneros diocesanos, estructuras nacionales, colaboraciones y animación de grupos misioneros – 22%); luego se señala que hay una conciencia misionera de la Iglesia local (21,7%); en algunos casos, hay una reanudación de actividades después de la pausa debido a la pandemia de COVD-19. Por último, se señala que hay un crecimiento en las redes sociales y en el mundo digital, y una presencia significativa a nivel civil (escuelas y jóvenes, eventos a nivel nacional).
9. Dificultades, desafíos y oportunidades
Esta fue la parte más reflexiva del cuestionario, organizada con preguntas abiertas para permitir una amplia libertad de expresión y contextualización. Con respecto a las dificultades que encontramos en la AM, de las respuestas se desprenden cuatro áreas de criticidad, dependiendo del contexto:
1. Dificultades de carácter eclesial: van desde la cerrazón experimentada y la falta de interés por la misión de la Iglesia local, hasta la dificultad de insertarse en parroquias y programas de comunidades cristianas con actividades de AM; pero también el problema de la posibilidad de dar continuidad, de seguimiento de las comunidades encontradas.
2. Dificultades sociales: en algunos casos el problema son las distancias, los idiomas y las culturas que varían de una región a otra; o puede haber situaciones de inseguridad e inestabilidad política. A nivel social, en algunos contextos la dificultad es llegar a los jóvenes, en otros el hecho de que la Iglesia es una pequeña minoría.
3. Dificultades tecnológicas, debidas, por ejemplo, a la transición digital que se está produciendo en todo el mundo.
4. Dificultades de carácter interno: se refieren al personal comboniano, que puede ser insuficiente, no estar preparado para el servicio de la AM, o estar desmotivado (desinteresado) para prestar este servicio, o incluso tener que lidiar con el envejecimiento de la circunscripción o con una rotación demasiado rápida. Es difícil formar equipos de AM con personal a tiempo completo. A veces, la dificultad puede ser la falta de una visión clara de la AM contextual en la circunscripción.
En un mundo cambiante, hay transformaciones que plantean desafíos para la AM. Aquí también surgen problemas críticos en cuatro áreas principales:
1. Transformaciones eclesiales: según el contexto, estas transformaciones pueden ser muy diferentes, incluso de signos opuestos. Por ejemplo, en algunas circunscripciones hay un crecimiento de la iglesia local que da un impulso positivo a las posibilidades de la AM, mientras que en otras puede haber situaciones como la auto referencialidad de la Iglesia, que tiende a encerrarse en sí misma; o escándalos que indignan a la población. Una de las consecuencias de este estado de cosas, junto con un profundo cambio sociocultural, es el alejamiento de los jóvenes de la Iglesia y la falta de relevo generacional en las comunidades cristianas.
2. En el ámbito social, la velocidad del cambio a veces parece desplazarnos. Por un lado, se informa sobre el impacto de la guerra y la inseguridad, así como de las crisis socioeconómicas. El crecimiento de la sociedad civil puede tener un efecto ambivalente, colaborativo o competitivo. Por otro lado, hay una parte del mundo que se está descristianizando, entre el laicismo, el aislamiento privado y el miedo a los migrantes. El declive de la lectura podría ser un elemento transversal que desafíe el modelo tradicional de comunicación a través de revistas y libros.
3. Las redes sociales y el desarrollo de la comunicación digital parecen tomarnos desprevenidos y son una realidad que aún no sabemos utilizar.
4. Por último, las transformaciones que se están produciendo en el Instituto también influyen en la AM, en particular: el envejecimiento de algunas provincias, la disminución del personal disponible, el cambio en la geografía vocacional y la disminución de los benefactores.
En cuanto a las oportunidades emergentes en el ámbito de la AM, la realidad más destacada es la de las redes sociales y la comunicación digital, incluida la radio. Luego viene el crecimiento y el potencial de los laicos, seguido de la colaboración con la Familia Comboniana, las diócesis y los demás institutos misioneros, especialmente a nivel nacional. También se menciona el potencial de las parroquias de las que somos responsables en el Sur del mundo que han alcanzado una cierta madurez cristiana, de los centros de animación interdisciplinarios (publicaciones, JPIC, espiritualidad) y de la promoción de nuestras revistas.
10. Cómo mejorar la animación misionera
A partir de las respuestas al cuestionario, hay 4 caminos a seguir para mejorar la AM:
1. Invertir en personal: en este contexto, se sugiere asignar personal a tiempo completo, preparar al personal para este servicio y promover la participación de cada Misionero Comboniano con una contribución a este servicio, por ejemplo, promoviendo nuestras revistas.
2. Reorganizar el servicio de la AM: tenemos que centrarnos en la colaboración y la sinergia a todos los niveles; facilitar la coordinación entre los equipos de la AM y las comunidades combonianas, hacer un seguimiento y continuar las iniciativas de la AM. Los centros de AM a veces necesitan ser revividos y esto también requiere una reorganización. En cualquier caso, no hay recetas generalizadas, pero es importante discernir en la situación de cada provincia lo que es importante hacer, como los que se dan cuenta de que no tienen una visión clara de la AM o los que se dan cuenta de que también puede haber actividades tradicionales -como la Obra del Redentor- que aún no se han puesto en marcha, a pesar de que podrían ser una oportunidad interesante.
3. Desarrollar el uso de los medios digitales y la comunicación social: ciertamente este es un camino que debe seguirse si queremos estar a la altura de los tiempos, pero es un desafío que requiere conocimientos técnicos y profesionales.
4. Por último, se sugiere también la posibilidad de llevar a cabo un nuevo proyecto provincial de formación para la misión dirigido a los jóvenes y a los grupos parroquiales, calibrado a los nuevos lenguajes y realidades sociales que están surgiendo de las transformaciones que se están produciendo.