La Plataforma de Acción Laudato Si’
A 5 años de la publicación de Laudato si’, el Papa Francisco quiso relanzar su mensaje y la invitación a un compromiso concreto de acción global en 2020, realizando un año especial por el aniversario de la encíclica. Los científicos que estudian el cambio climático en nombre de la ONU, de hecho, han publicado estudios que demuestran que estos cambios se deben a las intervenciones humanas sobre el medio ambiente, con un triple impacto: cambio climático con efectos devastadores en el planeta; pérdida vertiginosa de biodiversidad; y la contaminación fuera de control.
Ante la evidencia de que no solo no se está haciendo lo suficiente para revertir el rumbo, sino que el mundo se está acelerando hacia el abismo, el Papa Francisco ha querido relanzar el llamado a una conversión ecológica. A la iniciativa inicial de hacer un año especial de aniversario de la encíclica Laudato si’ (2020-2021) siguió un compromiso mucho mayor: completar la conversión a la ecología integral para 2030, involucrando a todo el mundo católico. Al Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (DSSUI) se le ha confiado la dirección general de la iniciativa, que lleva el nombre de Plataforma de Acción Laudato Si‘.
El objetivo es doble: inicialmente se trata de crear una masa crítica que pueda iniciar el proceso de conversión. Los sociólogos nos enseñan que esta masa crítica no tiene por qué ser muy grande, con el 3% de una población es suficiente, como la levadura (evangélica) en la masa (la sociedad). A medio plazo, queremos llegar al punto de no retorno, es decir, cuando el cambio se vuelve «viral» e irreversible, que se estima que llega cuando hay una participación activa de alrededor del 21-25% de una población. Por lo tanto, necesitamos un movimiento popular capaz de crear sinergia entre el compromiso y la contribución de muchos actores diferentes en todas partes del mundo. Si el mundo católico, por ejemplo, se moviliza y organiza, y más aún se relaciona con otras realidades de la sociedad civil, hay motivos para esperar una profunda transformación social. Un movimiento no es una organización homogénea, centralizada y jerárquica. Es más bien un cuerpo muy bien articulado, arraigado en los territorios, pero con una visión, un horizonte común, la capacidad de colaborar y caminar juntos. Al inscribirse en el PALS, uno se compromete a discernir, planificar e implementar un camino de conversión a la ecología integral dentro de 7 años. Esta conversión está guiada por 7 objetivos Laudato si’ (OLS), que son:
- Respuesta al grito de la Tierra
- Respuesta al grito de los pobres
- Economía Ecológica
- Estilos de vida sostenibles
- Educación ecológica
- Espiritualidad ecológica
- Resiliencia y mejora de la comunidad
Plan de acción comunitario
Teniendo en cuenta el mandato del Capítulo y refiriéndose a los 7 objetivos de Laudato Si’, se invita a las comunidades a formular su propio plan de acción Laudato Si’, anualmente. Para discernir qué acciones concretas tomar, es recomendable tener en cuenta los siguientes criterios:
= Partir de lo que ya se está haciendo, potenciando el camino que ya está en marcha.
= Un plan simple y gradual, para que sea manejable; pero también
= estimulante y motivador.
= Dar prioridad a los compromisos asumidos por el XIX Capítulo General.
En la práctica, el Plan podría elaborarse siguiendo el siguiente esquema:
En el espíritu de la sinodalidad y para apoyarse mutuamente en este compromiso, las comunidades pueden formar una red de comunidades combonianas que se han unido a la Plataforma Laudato Si’, creando oportunidades para compartir, intercambiar experiencias y buenas prácticas, espacios para la reflexión y el análisis en profundidad, por ejemplo, a través de encuentros virtuales en línea, que también ofrecen la posibilidad de interpretar para superar las barreras lingüísticas.
Las comunidades individuales, así como la red en su conjunto, también tienen la posibilidad de comunicarse con el mundo exterior – a través de sus páginas web y redes sociales – que tendrían tanto la función de asumir la responsabilidad a través de un relato del camino realizado, como la de animación misionera y evangelización.