La situación crítica que vive el mundo a causa de la pandemia no puede ser motivo para dejar de celebrar con gozo la Navidad, ni tampoco para no desearnos una Feliz Navidad y un buen año nuevo. Nuestros mensajes de Navidad deben ser un resultado de nuestra relación con Jesús y producir frutos de fe, esperanza, amor y vida. A pesar de la pandemia hay mucha vida, esperanza, creatividad y alegría. La resiliencia humana o la esperanza cristiana nos impulsan siempre a superar las crisis y hasta situaciones de muerte.

Sin embargo, la pandemia nos es el único problema o crisis que enfrenta la humanidad hay tantas situaciones de injusticia, de pobreza, destrucción del medio ambiente… que obligan a millones de personas a dejar sus países para buscar un futuro y una vida mejores. En medio de esta situación la alegre noticia del Nacimiento de Jesús y la fiesta de la Navidad se transforman en fuente de esperanza, energía y entusiasmo.

El Verbo de Dios que puso su morada entre nosotros (Jn 1, 14), el Dios solidario que nos acompaña nos llama a ser sus discípulos misioneros a caminar con su pueblo y trabajar en la construcción de un mundo mejor donde todos los seres humanos puedan vivir en plenitud. No podemos permanecer indiferentes, como instituto debemos reflexionar frecuentemente sobre la mejor manera de ser misioneros y de hacer nuestra misión en el contexto y la realidad que vivimos.

No nos dejemos llevar por el pesimismo, en cambio soñemos en un futuro mejor. Acompañemos con nuestra oración y nuestra participación activa la de preparación y desarrollo de nuestro XIX Capítulo General y el proceso de reflexión y participación sinodal que toda la Iglesia está haciendo en preparación al sínodo de los obispos en octubre del 2023 sobre el tema de una Iglesia sinodal. Estos dos eventos señalarán nuevos caminos y rutas nuevas a nuestro instituto en nuestra manera de ser misioneros y hacer la misión.

Nuestro deseo para esta Navidad es que la alegría y el amor navideños nos motiven a amar y servir al prójimo, y para trabajar en la creación de un mundo nuevo basado en los principios evangélicos en el cual todos los seres humanos puedan vivir con la dignidad de hijos e hijas de Dios. Nuestro deseo para el Año Nuevo es que nuestra relación con Jesús se transforme en entusiasmo, energía y creatividad para que gastemos nuestras vidas al servicio del reino y el pueblo de Dios.

¡FELIZ Y SANTA NAVIDAD! ¡FELIZ AÑO NUEVO 2022!

Fernando González Galarza

En nombre del Secretariado General de la Misión

Navidad 2021

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